domingo, 7 de abril de 2013

De caza en la jungla


Hola de nuevo a todos desde India. Aquí escribo en la soledad del principio. Kiko se volvió a Barcelona y yo me he quedado en Mumbai. Lo echo mucho de menos y recorrer la ciudad (y la India) sin él ya no es lo mismo. Tal y como os habíamos dicho en la anterior entrada del blog, ya poco tenemos que hacer aquí mientras no consigamos la financiación necesaria para el rodaje. Y en eso andamos.

Kiko voló a España.
Nuestra labor en Mumbai fue, y está siendo, de lo más variopinta, pero la primordial se resume básicamente en una frase: buscar un socio indio para la película. Necesitamos un inversor, un socio financiero o un co-productor. Así pues, se deben quemar todos los cartuchos en Mumbai en pro de esta búsqueda. Ya con Kiko comenzamos esta labor asistiendo a un Seminario de Coproducción en FICCI frames, evento en el que “Indian Way” había sido seleccionado. 

En una de las largas y extenuantes conferencias del FICCI 2013.
Desgraciadamente FICCI Frames no fue de gran utilidad para nosotros. Íbamos con la esperanza de contactar con gente que se involucrase en nuestro proyecto, pero nos encontramos con un evento puramente exhibicionista, en el que televisiones indias, grandes empresas del medio audiovisual y multinacionales de la comunicación en Asia se dedicaron, conferencia tras conferencia, a alabarse a sí mismas exponiendo a bombo y platillo las grandezas de las cifras económicas positivas en sus últimos ejercicios: o sea, un coñazo.

El incesante deambular de participantes y su destino a ninguna parte.
El “coproduction Lounge” del Ficci frames era un evento paralelo a este desaguisado. En principio nos teníamos que reunir allí con inversores y distribuidores, pero los “meetings” que nos organizaron fueron con directores y productores independientes que buscaban lo mismo que nosotros: dinero para sus películas. Mis quejas a la organización de poco sirvieron y no entendieron, o no quisieron entender, el malestar de los participantes. Habíamos pagado 300 euros en algo que no cubría nuestras expectativas: “¿dónde estaban esas entrevistas que nos habían prometido con inversores y distribuidores indios?”

Kiko y David en su improvisada oficina al aire libre en las inmediaciones del FICCI Frames.
Lo único bueno de Ficci Frames (evento al que bautizamos “Friqui Frames”, ya os imaginaréis por qué), lo único bueno de esto fue el catering. La comida: exquisita, extraordinaria, preparada, al parecer, por un groumet muy reconocido internacionalmente. O sea, que al final, no nos fuimos de allí con tan mal sabor de boca (literalmente hablando).

Kiko acechando las cacerolas en busca de un prometedor manjar.
¡David posa, Kiko, se la goza!
En “Friqui Frames” nos hicimos con un listado de productores y directores internacionales y de India. Conseguir esta base de datos fue arduo complicado, pero nuestra insistencia, o la bondad y/o desesperación del jefe de todo de aquello que tuvo que soportar nuestras continuas llamadas telefónicas solicitando la selecta lista, dio sus frutos. 

En los días consecutivos, y siguiendo esa guía, comenzamos a telefonear a los que nos parecieron los productores más interesantes en Mumbai. Pero bueno, nada es como uno espera; y menos mal, ahí está la gracia…

Carteles de películas clásicas de Bollywood en una calle de Mumbai.
La primera visita que hicimos fue de lo más surrealista. La productora con la que concertamos la entrevista era una empresa familiar. Nos recibieron el patriarca de aquello, un señor de unos 70 años, con cara de buenazo, su hermano, rondando su edad, el sobrino de ambos y un primo que cayó por ahí. Amablemente escucharon nuestra exposición: de que íbamos a rodar una película en India y de que buscábamos apoyo en su país. Cuando todo hubo terminado (o sea, cuando me callé la boca), el patriarca expresó, con sonrisa condescendiente, que no estaban interesados, que la suya era una empresa pequeña destinada a sus propias producciones. ¿Por qué no nos habían dicho eso antes? ¿Qué coño estábamos haciendo allí entonces? Enseguida descubrimos que nos habían invitado porque querían exhibirse, enseñarnos “algo”. En India hacer ostentación es un juego frecuentemente practicado y aceptado, tanto por quien lo realiza, como por quien lo recibe. Si te puedes pavonear, ¿por  qué no hacerlo explícitamente? En occidente somos demasiados remilgados e hipócritas para actuar de ese modo; en India si se tienen que enorgullecer de algo, te lo restriegan por toda la cara. Patriarca y familia se sentían orgullosos de una película que habían producido el año 89 y que había sido un éxito en India, éxito que intentaron repetir a nivel internacional, y todo eso deseaban compartirlo con nosotros.

El hermano del patriarca, un anciano canoso y de movimientos ágiles, nos llevó a la sala de edición. Allí visionamos con él, una tras otra, las versiones del tráiler de la película en hindi, en tamil, en inglés, en telugu… El film en cuestión parecía un subproducto bollywoodiense bastante cutre. El anciano, divertido, tarareaba para nosotros las canciones de cada tráiler, gestualizando los puñetazos del héroe, agitando al aire sus manos emulando el baile de la heroína, anticipándose a los diálogos de cada una de las versiones del tráiler en hindi, tamil, inglés, telugu y… ¡español!

Sí, habían hecho una versión española a partir de una traducción horrorosa y sin sentido. Ni Kiko ni yo nos vimos con ánimos de decir que aquella suma de palabras, colocadas una tras otra, no se entendían en absoluto, que los diálogos estaban construidos de retazos inconexos, que las canciones parecían balbuceadas por niños de parvulario. El anciano estaba tan orgulloso de su película que… ¿quién lo iba a despertar de esa ilusión y decirle que le habían tomado el pelo con el doblaje? Nunca entendieron porque su película había sido un fracaso en Latinoamérica, y nosotros, por pudor, tampoco le dimos pista alguna sobre uno de los posibles motivos del desastre.
                                                      
A pesar de esta primera e infructuosa visita no desfallecimos. Todavía había mucho camino por delante. 

De "meeting" en "meeting". Una parada en el camino.
A los pocos días nos entrevistamos con Rodrigo Blanco, agregado del ministerio de economía mexicano, cuyo cometido en Mumbai es el de ayudar y asesorar a empresas de su país que desean establecerse en India. Rodrigo conoce a mucha gente, pero nos dijo que, aunque nuestro proyecto le parecía muy interesante, no creía que pudiese sernos de gran ayuda. Nuestra siguiente parada fue en el consulado español en Mumbai. Allí nos recibió amablemente Germán Pardo, quien nos aseguró que daría notificación de nuestro proyecto en Delhi, donde está la sede central, y prometió que nos ayudarían en la medida de lo posible.
 
De vuelta en rickshaw a nuestro remanso de paz en Anheri East, después de un día agotador.
Así pues, hemos estado recorriendo Mumbai de punta a punta, visitando compañías pequeñas, medianas, grandes. En todos los casos las entrevistas fueron corteses, algunas bastante interesantes. 
Los carteles de las películas de Bollywood inundan todos los rincones de la ciudad.
Desde que Kiko se marchó yo he seguido en solitario con esta búsqueda y captura. Bérengere Barrier, mi potencial coproductora francesa, me presentó a Déborah Benattar, del departamento de cine del consulado francés, quien me facilitó una serie de contactos de gente de cine en India, entre ellos el del cineasta Pan Nalín. Al día siguiente nos reuníamos en su productora de Malad West. Pan Nalin ha dirigido los interesantísmos largometrajes “Samsara” y “Valley of Flowers”, y el excelente documental “Ayurveda”. Es un director con prestigio internacional y tiene su propia productora, Monsoon Films.

Pan Nalin y el cartel de su última película


Pan me recibió muy amable, se interesó sinceramente por el proyecto, pero fue super claro en sus conclusiones: “Para este tipo de película sólo encontrarás dinero en Europa. Con mis películas, desgraciadamente, pasa lo mismo”. Palín se quejó amargamente de que en India los que manejan la pasta no se leen los guiones, sólo les importa qué actores o actrices de Bollywood tienes en mente para tu proyecto. El cine comercial es así en todo el mundo, son las mismas reglas de juego en todas partes. Tras una cordial y breve visita, Palin y yo nos despedimos deseándonos los mayores éxitos para el futuro…

Estamos a la espera de alguna respuesta o sugerencia de las empresas contactadas en Mumbai. Todo este trabajo es lento, pesado y bastante tedioso. Difícil que las cosas se concreten en poco tiempo, si se concretan. Lo más importante es que poco a poco vamos aprendiendo y conociendo el negocio del mundo del cine de este sorprendente y vigoroso país.

Besos a todos.

David.

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