miércoles, 10 de abril de 2013

Miscelánea Mumbai


Playa de Versova en Mumbai. Un lugar mágico al atardecer.
Aquí rodaremos la escena inicial de "Indian Way".

El término Mumbai proviene de una mezcla de las palabrasMumba” yai”, y ambas significan "madre" en Marathi. Inicialmente Mumbai era un grupo de varias islas que los británicos comenzaron a conectar desde 1782 hasta  principios de 1900. 

Mumbai es por definición un puzle de barrios, de gentes, un laberinto de posibilidades, 25 millones de almas viven aquí, es un cajón de sastre, un espacio de miscelánea donde se recopilan heterogeneidades de todo tipo. Una madre de ciudad con hijos muy distintos... Una gran ciudad como muchas otras, pero también diferente, única...


La tumultuosa playa de Juhu un sábado por la tarde.
Así he visto a Mumbai estos últimos días, como un lugar irrepetible, crisol de infinitas imágenes poderosas. La he recorrido de norte a sur, de este a oeste, disfrutándola, sufriéndola, moviéndome como uno más en este gigantesco territorio habitado, lleno de luz, de polución, de tráfico terrible, de optimismo desmesurado, de tristeza contenida…
Saliendo de pesca en los "slams" de Marina Line.

Tan heterogénea es Mumbai que hasta un occidental como yo puede pasar por indio. Algunas personas del barrio me han hablado en hindi y en maharati, creyéndome uno más del país. Y es normal. En esta urbe conviven gentes procedentes de todas partes: de Gujarat, del Punjab, de Bengala, de Tamil Nadu...Y yo podría venir de alguna remota región desconocida...


Musulmán en su tienda.
Pescador maharati al acecho.
 Mujeres hindús en plena merendola.




Conductor de Colaba.









Segurata sin identificar.
La nueva generación.













 
Y estos heterogéneos habitantes se desperdigan por los más variopintos barrios de la ciudad: Colaba, Worli, Vila Parlé, Bandra, Andheri, Malad, Versova... India es un conglomerado tan diverso, que poco o nada tiene que ver un indio del norte con uno de sur, ni en el color de la piel, ni en la cultura, ni la religión. Por eso aquí, en medio de esta vorágine, a los indios les cuesta identificarse, reconocerse entre ellos. Mumbai es un reflejo de la diversidad India; para mí, su ciudad madre: un espejo.

La cegadora luz de Mumbai.

El concepto de miscelánea para Mumbai es recurrente, obsesivo. La mezcla de lo heterogéneo en la estructura urbana es un patrón común que se repite una y otra vez por todos los rincones de la ciudad.


    Rascacielos por estrenar.  
Barrio de chabolas con vistas al mar.

En cada barrio los edificios de gente rica se entremezclan con su opuesto: los "slams" repletos de chabolas; las calles comerciales conviven con los callejones infectos, las circunvalaciones de tráfico denso con las más saneadas avenidas, los parques infantiles con basureros al aire libre, los ultramodernos centros comerciales con populares puestos callejeros. Mumbai es batiburrillo de cosas, objetos, edificios y personas. Una ciudad hecha de retazos, de barrios diferentes con sus propias y más extremas diferencias internas.

En medio de esta locura urbana, de esta leyenda de sueño y pesadilla, la miscelánea física trasciende también a lo que en esta ciudad acontece. En Mumbai pueden pasar todo tipo de cosas: lo posible y lo imposible,  lo evidente y lo inexplicable.

El sueño de la razón, ¿produce monstruos?
En la inmensa Mumbai nos hemos encontrado casualmente en la calle con nuestro actor Vikas en un barrio perdido del norte. Cenando en la casa de Sudipto Sen, un director indio que conocí hace un año en Goa, charlando al final de la velada nos dimos cuenta de que teníamos un amigo común en Barcelona. ¿Casualidad? ¿Causalidad? Quién sabe...
Sudipto Sen: el director explicando su película.
¿Puede ser que esta ciudad junte las cosas más diversas y lo excepcional se convierta en el pan nuestro de cada día? En medio de la extrañeza, ¿lo "extraño" puede convertirse en "lo más normal del mundo"? Quizás tanta heterogeneidad permite que lo imposible se revele cotidiano...

"Amistad entre hombre y mujer". Pintura en un anticuario de Mumbai.
En medio de la "normalidad" urbana de la vida en Mumbai, aquí suceden cosas surrealistas, "anormales", con el letargo constante de una frecuencia repetitiva e inquietante. He visto a un joven llevando una pesada estructura metálica en una moto, a un señor orinando sobre sus pies descalzos, a un policía rascándose el ojete mientras dirigía el tráfico, a un señor eructándome directamente a la cara al pasar a mi lado, a una abuela gritando en medio de la calzada como si acabase de perder el juicio en ese mismo instante…

El tabique de una casa de dos ruedas...

Yves en el taxi, disfrutando de un relajante paseo por la ciudad.
Yves Cohen, un amigo francés con el que he pasado unos días, no le pilla el punto a Mumbai. Yves siente que esto es la locura y entiende que muchos turistas escapen de Mumbai a los dos o tres días de su llegada. Yo llevo aquí un mes. ¿Me habrá abducido Mumbai? ¿Habré entrado a formar parte de su miscelánea, de esta turba multiplicidad de diferencias que la conforman, y ya no podré escaparme de este inconmensurable laberinto? 

Espero que no sea así; tengo billete de vuelta a Barcelona esta misma noche.

¡Adiós Mumbai! ¡Hasta my pronto!
Besos a todos.

David

domingo, 7 de abril de 2013

De caza en la jungla


Hola de nuevo a todos desde India. Aquí escribo en la soledad del principio. Kiko se volvió a Barcelona y yo me he quedado en Mumbai. Lo echo mucho de menos y recorrer la ciudad (y la India) sin él ya no es lo mismo. Tal y como os habíamos dicho en la anterior entrada del blog, ya poco tenemos que hacer aquí mientras no consigamos la financiación necesaria para el rodaje. Y en eso andamos.

Kiko voló a España.
Nuestra labor en Mumbai fue, y está siendo, de lo más variopinta, pero la primordial se resume básicamente en una frase: buscar un socio indio para la película. Necesitamos un inversor, un socio financiero o un co-productor. Así pues, se deben quemar todos los cartuchos en Mumbai en pro de esta búsqueda. Ya con Kiko comenzamos esta labor asistiendo a un Seminario de Coproducción en FICCI frames, evento en el que “Indian Way” había sido seleccionado. 

En una de las largas y extenuantes conferencias del FICCI 2013.
Desgraciadamente FICCI Frames no fue de gran utilidad para nosotros. Íbamos con la esperanza de contactar con gente que se involucrase en nuestro proyecto, pero nos encontramos con un evento puramente exhibicionista, en el que televisiones indias, grandes empresas del medio audiovisual y multinacionales de la comunicación en Asia se dedicaron, conferencia tras conferencia, a alabarse a sí mismas exponiendo a bombo y platillo las grandezas de las cifras económicas positivas en sus últimos ejercicios: o sea, un coñazo.

El incesante deambular de participantes y su destino a ninguna parte.
El “coproduction Lounge” del Ficci frames era un evento paralelo a este desaguisado. En principio nos teníamos que reunir allí con inversores y distribuidores, pero los “meetings” que nos organizaron fueron con directores y productores independientes que buscaban lo mismo que nosotros: dinero para sus películas. Mis quejas a la organización de poco sirvieron y no entendieron, o no quisieron entender, el malestar de los participantes. Habíamos pagado 300 euros en algo que no cubría nuestras expectativas: “¿dónde estaban esas entrevistas que nos habían prometido con inversores y distribuidores indios?”

Kiko y David en su improvisada oficina al aire libre en las inmediaciones del FICCI Frames.
Lo único bueno de Ficci Frames (evento al que bautizamos “Friqui Frames”, ya os imaginaréis por qué), lo único bueno de esto fue el catering. La comida: exquisita, extraordinaria, preparada, al parecer, por un groumet muy reconocido internacionalmente. O sea, que al final, no nos fuimos de allí con tan mal sabor de boca (literalmente hablando).

Kiko acechando las cacerolas en busca de un prometedor manjar.
¡David posa, Kiko, se la goza!
En “Friqui Frames” nos hicimos con un listado de productores y directores internacionales y de India. Conseguir esta base de datos fue arduo complicado, pero nuestra insistencia, o la bondad y/o desesperación del jefe de todo de aquello que tuvo que soportar nuestras continuas llamadas telefónicas solicitando la selecta lista, dio sus frutos. 

En los días consecutivos, y siguiendo esa guía, comenzamos a telefonear a los que nos parecieron los productores más interesantes en Mumbai. Pero bueno, nada es como uno espera; y menos mal, ahí está la gracia…

Carteles de películas clásicas de Bollywood en una calle de Mumbai.
La primera visita que hicimos fue de lo más surrealista. La productora con la que concertamos la entrevista era una empresa familiar. Nos recibieron el patriarca de aquello, un señor de unos 70 años, con cara de buenazo, su hermano, rondando su edad, el sobrino de ambos y un primo que cayó por ahí. Amablemente escucharon nuestra exposición: de que íbamos a rodar una película en India y de que buscábamos apoyo en su país. Cuando todo hubo terminado (o sea, cuando me callé la boca), el patriarca expresó, con sonrisa condescendiente, que no estaban interesados, que la suya era una empresa pequeña destinada a sus propias producciones. ¿Por qué no nos habían dicho eso antes? ¿Qué coño estábamos haciendo allí entonces? Enseguida descubrimos que nos habían invitado porque querían exhibirse, enseñarnos “algo”. En India hacer ostentación es un juego frecuentemente practicado y aceptado, tanto por quien lo realiza, como por quien lo recibe. Si te puedes pavonear, ¿por  qué no hacerlo explícitamente? En occidente somos demasiados remilgados e hipócritas para actuar de ese modo; en India si se tienen que enorgullecer de algo, te lo restriegan por toda la cara. Patriarca y familia se sentían orgullosos de una película que habían producido el año 89 y que había sido un éxito en India, éxito que intentaron repetir a nivel internacional, y todo eso deseaban compartirlo con nosotros.

El hermano del patriarca, un anciano canoso y de movimientos ágiles, nos llevó a la sala de edición. Allí visionamos con él, una tras otra, las versiones del tráiler de la película en hindi, en tamil, en inglés, en telugu… El film en cuestión parecía un subproducto bollywoodiense bastante cutre. El anciano, divertido, tarareaba para nosotros las canciones de cada tráiler, gestualizando los puñetazos del héroe, agitando al aire sus manos emulando el baile de la heroína, anticipándose a los diálogos de cada una de las versiones del tráiler en hindi, tamil, inglés, telugu y… ¡español!

Sí, habían hecho una versión española a partir de una traducción horrorosa y sin sentido. Ni Kiko ni yo nos vimos con ánimos de decir que aquella suma de palabras, colocadas una tras otra, no se entendían en absoluto, que los diálogos estaban construidos de retazos inconexos, que las canciones parecían balbuceadas por niños de parvulario. El anciano estaba tan orgulloso de su película que… ¿quién lo iba a despertar de esa ilusión y decirle que le habían tomado el pelo con el doblaje? Nunca entendieron porque su película había sido un fracaso en Latinoamérica, y nosotros, por pudor, tampoco le dimos pista alguna sobre uno de los posibles motivos del desastre.
                                                      
A pesar de esta primera e infructuosa visita no desfallecimos. Todavía había mucho camino por delante. 

De "meeting" en "meeting". Una parada en el camino.
A los pocos días nos entrevistamos con Rodrigo Blanco, agregado del ministerio de economía mexicano, cuyo cometido en Mumbai es el de ayudar y asesorar a empresas de su país que desean establecerse en India. Rodrigo conoce a mucha gente, pero nos dijo que, aunque nuestro proyecto le parecía muy interesante, no creía que pudiese sernos de gran ayuda. Nuestra siguiente parada fue en el consulado español en Mumbai. Allí nos recibió amablemente Germán Pardo, quien nos aseguró que daría notificación de nuestro proyecto en Delhi, donde está la sede central, y prometió que nos ayudarían en la medida de lo posible.
 
De vuelta en rickshaw a nuestro remanso de paz en Anheri East, después de un día agotador.
Así pues, hemos estado recorriendo Mumbai de punta a punta, visitando compañías pequeñas, medianas, grandes. En todos los casos las entrevistas fueron corteses, algunas bastante interesantes. 
Los carteles de las películas de Bollywood inundan todos los rincones de la ciudad.
Desde que Kiko se marchó yo he seguido en solitario con esta búsqueda y captura. Bérengere Barrier, mi potencial coproductora francesa, me presentó a Déborah Benattar, del departamento de cine del consulado francés, quien me facilitó una serie de contactos de gente de cine en India, entre ellos el del cineasta Pan Nalín. Al día siguiente nos reuníamos en su productora de Malad West. Pan Nalin ha dirigido los interesantísmos largometrajes “Samsara” y “Valley of Flowers”, y el excelente documental “Ayurveda”. Es un director con prestigio internacional y tiene su propia productora, Monsoon Films.

Pan Nalin y el cartel de su última película


Pan me recibió muy amable, se interesó sinceramente por el proyecto, pero fue super claro en sus conclusiones: “Para este tipo de película sólo encontrarás dinero en Europa. Con mis películas, desgraciadamente, pasa lo mismo”. Palín se quejó amargamente de que en India los que manejan la pasta no se leen los guiones, sólo les importa qué actores o actrices de Bollywood tienes en mente para tu proyecto. El cine comercial es así en todo el mundo, son las mismas reglas de juego en todas partes. Tras una cordial y breve visita, Palin y yo nos despedimos deseándonos los mayores éxitos para el futuro…

Estamos a la espera de alguna respuesta o sugerencia de las empresas contactadas en Mumbai. Todo este trabajo es lento, pesado y bastante tedioso. Difícil que las cosas se concreten en poco tiempo, si se concretan. Lo más importante es que poco a poco vamos aprendiendo y conociendo el negocio del mundo del cine de este sorprendente y vigoroso país.

Besos a todos.

David.

sábado, 9 de marzo de 2013

Recapitulando


De nuevo pisamos Mumbay, el lugar donde empezó nuestra aventura india. Volver al acogedor piso de Andheri East es como volver a casa. Un remanso de paz, un punto de apoyo y tranquilidad en medio de la vorágine de esta gran urbe. 

Evita voló a Barcelona y nos abandonó...

Evita: la punki gurú.
Nos quedamos sin su energía arrolladora, ella nos regaló la bella estela de su complicidad.

Ante todo, colegas. ¡Así da gusto trabajar!
Volará a las Américas, concretamente a Nueva York, donde tiene proyectos personales. La echaremos de menos porque de alguna manera ella estará siempre con nosotros, y nosotros con ella. Un beso Evita, que te vaya de maravilla, no olvides que eres parte sustancial del proyecto.

Un descanso en el camino.
Así que aquí nos tenéis de nuevo, Kiko y David, o David y Kiko.

Es hora de recapitular. Tenemos mucho trabajo de campo hecho. Las cosas bastante claras. Casting, localizaciones, equipo configurado, presupuesto aproximado… Ahora solo falta el empujoncito final…  Lo tenemos todo resuelto, excepto la financiación.

"Sab Kuch Milega": Todo es (y será) posible.
Y allí es donde viene a colación hablar de las últimas novedades. “Indian Way” ha sido seleccionado para participar en EURINDIAMEDIA, un foro de coproducción Europa-India que se celebra en Mumbay y que reúne a productores e inversores de todo el mundo. Una oportunidad de oro para vender el proyecto.

Así anuncian las películas indias; "Indian Way" lucirá también de esta manera.
Aquí estamos currando. Ultimando dossiers, preparando reuniones, diseñando estrategias de marketing, etc… Es una tarea ardua y farragosa, pero si no lo hacemos nosotros mismos nadie lo hará, así que ponemos toda nuestra energía en ello.

Kiko inspirado, ensaya el "piching".
El director demente defendiendo su idea... David en alza.

Somos el dueto cómico.
Siendo realistas, sabemos que una vez termine el foro de Mumbay poca cosa tendremos que pinchar en India mientras no tengamos la financiación cubierta. Sí, tarde o temprano, y será más bien temprano, tendremos que volver.
Lo que nos fascina de la India. Un cartel luminoso sin cartel: una obra de arte.
Volver no significa rendirse. Es solo una parada en el camino. Una manera de reunir fuerzas, de invocar a los dioses, de conjurarnos contra el destino. Conseguiremos el dinero y volveremos para rodar.
A ver si alguno de los 2000 dioses hindús nos echa una mano.
Algo ha cambiado en nosotros durante estos dos meses y pico. La ilusión, el temor y la impaciencia del principio han desaparecido para dar paso a la satisfacción del trabajo realizado, la tranquilidad de haber hecho todo lo imposible y la seguridad de que el proyecto va a llegar a buen puerto.

Escalera al cielo; llegaremos a la cima.
Y seguiremos bebiendo chais por el camino.
Somos más maduros, más indios, más aventureros, ya estamos curtidos por esta tierra, y nada podrá con nosotros. Hemos superado muchos escollos y nos quedan muchos por superar. No os quepa duda. “Indian Way” será una película. La singladura continúa. 

¡Nada podrá detenernos!
No podemos ser más sinceros. Os queremos.

Kiko y David, o David y Kiko.

jueves, 7 de marzo de 2013

Nuestros lugares de rodaje




En la carretera...

Queridos todos,

Aquí tenéis un link donde podreís ver el vídeo de las localizaciones seleccionadas para “Indian Way”. 

Han sido semanas de viaje –en coche, tren, moto, autobús- por las regiones de Tamil Nadu, Andhra Pradesh y Karnataka. Carreteras, pueblos, paisajes conforman este rico crisol que dará rostro y alma a nuestro film. Nos hemos encontrado con lugares mágicos, parajes idílicos, evocadores; otros son áridos, desasosegantes, anodinos, todos alucinantes. Cada localización seleccionada tiene un especial significado dramático y una razón de ser.
  
Aquí el vídeo. Que lo disfrutéis:

http://vimeo.com/60017254 

Muchas gracias por leernos (y vernos).


Evita, Kiko y David