Una
película desea acercarse a la vida, los conflictos y dramas de los hombres a
través de una historia determinada. La historia que os vamos a contar de Hampi es dura y sin concesiones, y nos
ha hecho reflexionar amargamente sobre la injusticia y abuso al que se están
viendo sometidas cientos de personas de esta pequeña localidad de India.
Dejamos
atrás Tamil Nadú para adentrarnos en las tierras de Karnataka en búsqueda de
las últimas localizaciones. Nuestro requerimiento era encontrar paisaje seco
salpicado de montañas pedregosas, un lugar entre desasosegante y mágico para
desarrollar las últimas secuencias de la película. Así arribamos a Hampi, una
pequeña población declarada Patrimocio de la Humanidad por la Unesco en 1989.
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Hampi, año 2012 |
Hampi ocupa
un área de cerca de 26 kilómetros cuadrados en el valle del río Tungabhadra. Conocida también como la “Ciudad de la Victoria”, fue capital
del Imperio Vijayanagara de 1336 a 1565. El centro cuenta con
cerca de 350 templos y un complejo
sagrado. En el entorno monumental existen también fortificaciones, un
vasto y muy elaborado sistema de construcciones de irrigación, esculturas,
pinturas, establos, palacios y jardines.
Fotografía de un templo de Hampi de Alexander Greenlaw (1855-1856) y estado actual.
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Hampi y su ghat frente al río Tungabhadra. |
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Ruinas y templos reflejan el paso de una gran cultura. |
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Y el entorno natural es increíble. |
El renacimiento de Hampi comenzó alrededor de 1960
cuando los viajeros extranjeros descubrieron el lugar. En los años posteriores,
las tiendas y las casas sencillas de huéspedes se fueron multiplicando. Estas
edificaciones suministraron nuevas instalaciones a peregrinos y turistas
indios, animando la estancia en Hampi a un número cada vez mayor de visitantes.
Hasta hace casi 2 años el pueblo de Hampi era un
lugar de turismo tranquilo, no masificado, con pequeñas “guest house”, tiendas
y negocios de temporada, visita clave de viajeros enamorados de un evocador entorno
histórico y un paisaje mágico extraordinario.
Pero Hampi resultaba para algunos un suculento
pastel económicamente poco explotado. Sólo era cuestión de tiempo que
aparecieran las hienas de siempre quienes, además, querían quedarse con todo. En el año 2004 el gobierno indio tomó cartas en el
asunto, diseñó un master plan ajeno a la idiosincrasia del entorno y sus
necesidades, para desarrollar un turismo de lujo e inversiones privadas
exclusivas en la zona. Se declaró que las tiendas, viviendas y pequeños
negocios existentes eran ilegales, constituían una amenaza para el patrimonio y
que, por ello, debían ser eliminadas. Para llevar a cabo dicho plan, el
gobierno ha expulsado ya a la mayoría de población actual de Hampi, y convertirá
el lugar en un museo sin vida. Ninguna actividad comercial local será permitida, y
no habrá la posibilidad de permanecer en Hampi, a excepción de un viaje turístico
de un día.
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Destrucción del bazar de Hampi, finales de 2011.
El ambiente populoso de la calle fue aniquilado de un soplo. |
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No fue para menos... |
Actualmente unas 400
familias, en su mayoría humildes, ya han sido privadas de sus hogares y sus
medios de subsistencia, siendo arrastradas a la pobreza inminente, sin
compensación económica alguna ni otro tipo de indemnización.
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Tiendas y viviendas demolidas en Hampi, año 2013. |
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Hermanos que regentaban el "Garden Paradise",
hostal demolido el día de nuestra llegada. |
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Vivienda prefabricada en la que vive la familia del "Garden Paradise"
y que será próximamente destruida. |
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Aquí estaban las cabañas y restaurante del "Garden Paradise". |
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Varias mujeres conversan preocupadas pensando en su futuro. |
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De izda a derecha, Swati, Kutchy y Pradeep. Swati regenta un guesthouse
y una modesta agencia de viajes. La familia pronto tendrán que descolgar
esta foto de la pared y llevársela a un destino incierto. |
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Con la voluntad de argumentar
la permanencia de la población local de Hampi, el profesor Nalini Thankur y su equipo del “Department
of Architectural Conservation” de la Universidad de Delhi, redactaron el 23 de agosto de 2007 un Informe de Valoración sobre el Master Plan
en el que se criticaba el proyecto del gobierno. Estos son algunos puntos de dicho
informe:
- La naturaleza de los usos permitidos es
completamente inapropiada para un entorno rural como en Hampi. En el
master plan se incluyen usos absolutamente inadecuados, como clubes de
golf, multicines, etc.
- Las actividades comerciales de las
industrias tradicionales no se han reflejado en la lista de las industrias
de servicios recomendados para Hampi.
- El master plan debería reconocer a los
habitantes actuales como una entidad que aporta recursos culturales a la
ciudad y a la región, y esto se ha obviado absolutamente.
En
2011 los periodistas norteamericanos John
M Fritz y George Michell llegan
a la misma conclusión que el profesor Nalini Thankur y su equipo respecto al master plan del
gobierno indio y su impericia para comprender la interacción de la población y
sus fiestas tradicionales en Hampi. El plan restringe y coarta una gran
cantidad de rituales y celebraciones de las comunidades locales y permite, sin
embargo, actividades comerciales de turismo completamente ajenas a este enclave
sagrado, cuestión inaceptable en la gestión del patrimonio.
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La bendición del elefante del templo. |
El 30 de
octubre del 2009 se celebró en el Atria Hotel de Bangalore una reunión con más
de 25 técnicos y funcionarios bajo la presidencia de Sri KN Shrivastava, Director General del “Archaeological Survey of
India”, para analizar, de nuevo, el master plan del gobierno indio. En uno de
los puntos del acta de reunión se realiza un análisis histórico de la forma de
ocupación e integración de la población autóctona en la arquitectura y entorno
monumental de Hampi. El profesor Vasudevan explicó que el Bazar se había
utilizado antaño tanto para uso comercial como doméstico, y concluye que el
ambiente y encanto de Hampi en la actualidad no había hecho más que evocar la
vida de la antigua ciudad de Vijayanagara. Por tanto, la permanencia de sus
tiendas, restaurantes y casas de huéspedes habría sido coherente con los usos
tradicionales.
A pesar de todas estas
opiniones, informes y estudios de historiadores, técnicos y antropólogos que
apoyaban la existencia y convivencia de la población autóctona local con el
patrimonio histórico, el gobierno indio no modificó sus oscuros y previsibles planes.
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Era de esperar... |
Así, el 28 de julio de
2011 más de 160 familias sufrieron la destrucción de sus casas en el bazar
principal, impotentes de proteger sus viviendas y lugares de trabajo, bajo la
presión y supervisión de más de 500 policías.
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Detenidos en el furgón policial. |
Después de la decisión del Tribunal Superior de Bangalore a
finales del 2011, se había previsto una nueva demolición para el 16 de enero de
2012. Dicha demolición afectó a 114 familias más, y ni siquiera la presión
mediática local pudo paralizarla.
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Turistas documentando el amargo evento. |
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El amargo evento. |
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Cada cual a lo suyo. |
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El triste resultado. |
Las demoliciones de
viviendas, pequeños negocios y hostales, se han realizado sin previo aviso, sin
seguir el mínimo procedimiento legal de notificación y sin considerar los
derechos básicos de las personas desalojadas, presentándose las excavadoras en
el lugar de la demolición muchas veces media hora antes.
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Observar y callar. |
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El dolor del guiri de Hong Kong. |
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La impotencia de todos. |
Habitantes, visitantes
y comerciantes de Hampi lucharon durante año y medio para que esta expulsión no
se hiciera efectiva. Uno de los primeros pasos fue comunicar dicha situación a
la Unesco, reuniendo cientos de
firmas. El propósito era solicitar que declarase Hampi como Área Mundial de Patrimonio Habitado
(World Living
Heritage Area), de modo que no fuese
sólo un lugar arqueológico, sino un espacio donde se protejan los derechos de
la población autóctona. Ni la Unesco ni las autoridades indias han escuchado
hasta la fecha las demandas de la población de Hampi, ni es probable que lo
hagan.
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El chiringuito... a tomar por culo. |
A mediados del 2012, un
grupo de periodistas y turistas europeos presentó un documento explicando la
situación a Amnistía Internacional,
intentando encontrar su apoyo y una solución para evitar este desalojo injusto.
Pero ninguna de las oficinas contactadas de Amnistía Internacional ha dado
respuesta alguna.
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El aspecto actual del main bazaar. |
Hampi era uno de los pocos lugares en la India con
un bazar histórico viviente, relacionado con un templo ceremonial y de
peregrinaje. Es lamentable que las autoridades indias hayan expulsado a los
habitantes locales, pero más lamentable es que la Unesco sea cómplice de esta
injusticia y Amnistía Internacional haya ignorado completamente el asunto.
400 familias han sido privadas
de todo por los intereses especulativos de unos pocos.
400 familias que sobrevivían
humildemente, han sido despojadas de sus hogares y medios de
subsistencia.
400 familias -hijos,
madres, maridos y ancianos- tendrán que empezar de nuevo en otra parte.
Ante esta terrible situación,
¿qué queda?: la desesperanza, la rabia, la impotencia, el dolor…
O
esperar un milagro…
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El último habitante de Hampi. |
Gracias por leernos.
Besos a todos,
Evita, Kiko y David