Hola
de nuevo a todos desde India. Aquí escribo en la soledad del principio. Kiko se
volvió a Barcelona y yo me he quedado en Mumbai. Lo echo mucho de menos y
recorrer la ciudad (y la India) sin él ya no es lo mismo. Tal y como os
habíamos dicho en la anterior entrada del blog, ya poco tenemos que hacer aquí
mientras no consigamos la financiación necesaria para el rodaje. Y en eso
andamos.
|
Kiko voló a España. |
Nuestra
labor en Mumbai fue, y está siendo, de lo más variopinta, pero la primordial se resume
básicamente en una frase: buscar un socio indio para la película. Necesitamos
un inversor, un socio financiero o un co-productor. Así pues, se deben quemar
todos los cartuchos en Mumbai en pro de esta búsqueda. Ya con Kiko comenzamos
esta labor asistiendo a un Seminario de Coproducción en FICCI frames, evento en el que “Indian Way” había sido seleccionado.
|
En una de las largas y extenuantes conferencias del FICCI 2013. |
Desgraciadamente FICCI Frames no fue
de gran utilidad para nosotros. Íbamos con la esperanza de contactar con gente
que se involucrase en nuestro proyecto, pero nos encontramos con un evento
puramente exhibicionista, en el que televisiones indias, grandes empresas del
medio audiovisual y multinacionales de la comunicación en Asia se dedicaron,
conferencia tras conferencia, a alabarse a sí mismas exponiendo a bombo y
platillo las grandezas de las cifras económicas positivas en sus últimos
ejercicios: o sea, un coñazo.
|
El incesante deambular de participantes y su destino a ninguna parte. |
El
“coproduction Lounge” del Ficci
frames era un evento paralelo a este desaguisado. En principio nos teníamos que
reunir allí con inversores y distribuidores, pero los “meetings” que nos
organizaron fueron con directores y productores independientes que buscaban lo
mismo que nosotros: dinero para sus películas. Mis quejas a la organización de
poco sirvieron y no entendieron, o no quisieron entender, el malestar de los
participantes. Habíamos pagado 300 euros en algo que no cubría nuestras
expectativas: “¿dónde estaban esas entrevistas que nos habían prometido con inversores
y distribuidores indios?”
|
Kiko y David en su improvisada oficina al aire libre en las inmediaciones del FICCI Frames. |
Lo
único bueno de Ficci Frames (evento
al que bautizamos “Friqui Frames”, ya os imaginaréis por qué), lo único bueno
de esto fue el catering. La comida: exquisita, extraordinaria, preparada, al parecer, por un
groumet muy reconocido internacionalmente. O sea, que al final, no nos fuimos de
allí con tan mal sabor de boca (literalmente hablando).
|
Kiko acechando las cacerolas en busca de un prometedor manjar. |
|
¡David posa, Kiko, se la goza! |
En
“Friqui Frames” nos hicimos con un
listado de productores y directores internacionales y de India. Conseguir esta
base de datos fue arduo complicado, pero nuestra insistencia, o la bondad y/o
desesperación del jefe de todo de aquello que tuvo que soportar nuestras continuas
llamadas telefónicas solicitando la selecta lista, dio sus frutos.
En los días
consecutivos, y siguiendo esa guía, comenzamos a telefonear a los que nos
parecieron los productores más interesantes en Mumbai. Pero bueno, nada es como
uno espera; y menos mal, ahí está la gracia…
|
Carteles de películas clásicas de Bollywood en una calle de Mumbai. |
La
primera visita que hicimos fue de lo más surrealista. La productora con la que concertamos la
entrevista era una empresa familiar. Nos recibieron el patriarca de aquello, un
señor de unos 70 años, con cara de buenazo, su hermano, rondando su edad, el
sobrino de ambos y un primo que cayó por ahí. Amablemente escucharon nuestra
exposición: de que íbamos a rodar una película en India y de que buscábamos apoyo
en su país. Cuando todo hubo terminado (o sea, cuando me callé la boca), el
patriarca expresó, con sonrisa condescendiente, que no estaban interesados, que
la suya era una empresa pequeña destinada a sus propias producciones. ¿Por qué
no nos habían dicho eso antes? ¿Qué coño estábamos haciendo allí entonces? Enseguida
descubrimos que nos habían invitado porque querían exhibirse, enseñarnos
“algo”. En India hacer ostentación es un juego frecuentemente practicado y aceptado, tanto por quien lo realiza, como por quien lo recibe. Si te puedes
pavonear, ¿por qué no hacerlo explícitamente? En occidente somos
demasiados remilgados e hipócritas para actuar de ese modo; en India si se
tienen que enorgullecer de algo, te lo restriegan por toda la cara. Patriarca y
familia se sentían orgullosos de una película que habían producido el año 89 y
que había sido un éxito en India, éxito que intentaron repetir a nivel
internacional, y todo eso deseaban compartirlo con nosotros.
El
hermano del patriarca, un anciano canoso y de movimientos ágiles, nos llevó a
la sala de edición. Allí visionamos con él, una tras otra, las versiones del
tráiler de la película en hindi, en tamil, en inglés, en telugu… El film en
cuestión parecía un subproducto bollywoodiense bastante cutre. El anciano, divertido,
tarareaba para nosotros las canciones de cada tráiler, gestualizando los
puñetazos del héroe, agitando al aire sus manos emulando el baile de la
heroína, anticipándose a los diálogos de cada una de las versiones del tráiler en
hindi, tamil, inglés, telugu y… ¡español!
Sí,
habían hecho una versión española a partir de una traducción horrorosa y sin
sentido. Ni Kiko ni yo nos vimos con ánimos de decir que aquella suma de
palabras, colocadas una tras otra, no se entendían en absoluto, que los
diálogos estaban construidos de retazos inconexos, que las canciones parecían
balbuceadas por niños de parvulario. El anciano estaba tan orgulloso de su
película que… ¿quién lo iba a despertar de esa ilusión y decirle que le habían
tomado el pelo con el doblaje? Nunca entendieron porque su película había sido
un fracaso en Latinoamérica, y nosotros, por pudor, tampoco le dimos pista
alguna sobre uno de los posibles motivos del desastre.
A
pesar de esta primera e infructuosa visita no desfallecimos. Todavía había
mucho camino por delante.
|
De "meeting" en "meeting". Una parada en el camino. |
A los pocos días nos entrevistamos con Rodrigo Blanco, agregado del ministerio
de economía mexicano, cuyo cometido en Mumbai es el de ayudar y asesorar a
empresas de su país que desean establecerse en India. Rodrigo conoce a mucha gente, pero
nos dijo que, aunque nuestro proyecto le parecía muy interesante, no creía que pudiese
sernos de gran ayuda. Nuestra siguiente parada fue en el consulado español en
Mumbai. Allí nos recibió amablemente Germán
Pardo, quien nos aseguró que daría notificación de nuestro proyecto en
Delhi, donde está la sede central, y prometió que nos ayudarían en la medida de lo posible.
|
De vuelta en rickshaw a nuestro remanso de paz en Anheri East, después de un día agotador. |
Así
pues, hemos estado recorriendo Mumbai de punta a punta, visitando compañías pequeñas,
medianas, grandes. En todos los casos las entrevistas fueron corteses, algunas
bastante interesantes.
|
Los carteles de las películas de Bollywood inundan todos los rincones de la ciudad. |
Desde
que Kiko se marchó yo he seguido en solitario con esta búsqueda y captura. Bérengere Barrier, mi potencial coproductora francesa, me presentó a Déborah
Benattar, del departamento de cine del consulado francés, quien me facilitó
una serie de contactos de gente de cine en India, entre ellos el del cineasta Pan Nalín. Al día siguiente nos reuníamos
en su productora de Malad West. Pan Nalin ha dirigido los interesantísmos
largometrajes “Samsara” y “Valley of Flowers”, y el excelente
documental “Ayurveda”. Es un director
con prestigio internacional y tiene su propia productora, Monsoon Films.
|
Pan Nalin y el cartel de su última película |
Pan me recibió muy amable, se interesó sinceramente por
el proyecto, pero fue super claro en sus conclusiones: “Para este tipo de
película sólo encontrarás dinero en Europa. Con mis películas,
desgraciadamente, pasa lo mismo”. Palín se quejó amargamente de que en
India los que manejan la pasta no se leen los guiones, sólo les importa qué
actores o actrices de Bollywood tienes en mente para tu proyecto. El cine
comercial es así en todo el mundo, son las mismas reglas de juego en todas
partes. Tras una cordial y breve visita, Palin y yo nos despedimos deseándonos los mayores éxitos para el futuro…
Estamos
a la espera de alguna respuesta o sugerencia de las empresas contactadas en Mumbai. Todo este trabajo es lento, pesado y
bastante tedioso. Difícil que las cosas se concreten en poco tiempo, si se
concretan. Lo más importante es que poco a poco vamos aprendiendo y conociendo el
negocio del mundo del cine de este sorprendente y vigoroso país.
Besos a todos.
David.